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Do all Rubberheads throw fish?

El Rey del Mundo (2009)

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Nadie supo exactamente como empezó todo, pero una soleada tarde de otoño el pito de Ben comenzó a crecer tan desmesuradamente que ya no cabía bien en sus pantalones.
De repente tenía muchos problemas para caminar y la gente lo miraba fijamente por la calle.
“¡Dios santo, que pitote!” exclamaban algunos (entre otras muchas floridas frases).
El trató de no hacerle mucho caso al asunto. Pero era inútil; se estaba convirtiendo en un fenómeno de circo y no había nada que pudiera evitarlo.
La cosa se puso más dura cuando su pito empezó a crecer tanto a lo ancho como a lo largo.
Así, finalmente un día ocurrió lo que todos temían. El pito de Ben reventó sus dockers  y salió a conquistar el mundo.
“¡Seré el rey del mundo!” exclamó el pito (obviamente tratando de hacerse el gracioso refiriéndose a sus ahora titánicas  proporciones).
El crecimiento del pito se aceleró increíblemente, hasta que llegó el día en que era tan largo y grueso que ningún ejercito en el mundo pudo con él.
“¡¡¡Soy el rey!!!” gritó orgulloso.
Eventualmente, toda la población de la tierra se rindió al poder del pito y pronto todos empezaron a ponerse a su servicio.
“¡Somos sus más humildes sirvientes!” exclamaban.
“¡Perdónenos por pelear con usted, oh grandísimo pene!”
“¡¡Es usted el falo mas majestuoso que jamás circunvaló la tierra, su majestad”
Obviamente, todos estos halagos hacían que el pito se sintiera muy poronga.
Tanto así que no se dio cuenta que su reinado estaba a punto de terminar tan abrúptamente como empezó.
Porque de repente, un día, el pito comenzó a sentirse raro. Lo que al principio era un simple malestar estomacal se convirtió en unas tremendas ganas de vomitar. Tan grande era su necesidad que sentía como si fuera a escupir todas sus entrañas.
“Ay Dios mío” se lamentaba el pito, “No me siento muy bien.”
Y fue así que el pito un día adquirió una rigidez preocupante, un tono violáceo violento y comenzó a temblar sin control.
Todos sus sirvientes empezaron a correr horrorizados mientras el gran pito empezaba a convulsionarse.
“OH! OH! OOOOOOOOOHHHHHHHH!!!
Y en un abrir y cerrar de ojos, su boca se abrió y una gigantesca ola de semen hizo erupción.
Fue un espectáculo horrendo. Como si la vía láctea hubiera sido derramada sobre el planeta. Y solo fue cuestión de minutos para que cada centímetro de la tierra estuviera cubierto por un océano de leche.
Segundos después, el pito volvió a su tamaño ‘normal’ (en este caso, tres centímetros y medio).
Minutos después, una conversación se llevaba a cabo en el Vaticano.
“¡Papa Benedicto! ¡Papa Benedicto!” gritaba un monje mientras corría por el pasillo.
“¿De verdad cree usted que fue necesario?” preguntó al llegar.
Benedicto meditó por un minuto y luego respondió.
“La masturbación no es tan mala después de todo, ¿sabes? ¡Mis migrañas han desaparecido!”

Written by trevorgoodchild

July 20, 2009 at 19:08

Posted in Flash Fiction

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3 Responses

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  1. La versión moderna de un cuento que escribí en 1997 o 98. El original está en inglés y cambié algunas cosas (no muchas). Si eres mexicano tienes que sustituir “poronga” por “verga” (por razones complicadas que no pienso explicar acá).

    B.

    July 20, 2009 at 19:10

  2. Pero Peneadicto XVI!!!!!! eso nunca se deja por Dior!!!!!! a quien se la dedicaste!?!?!? —————> http://www.youtube.com/watch?v=6Oa3MTdRHew

    Juanimon

    July 22, 2009 at 01:41

  3. “…Y fue así que el pito un día adquirió una rigidez preocupante, un tono violáceo violento y comenzó a temblar sin control….” me encantó. Me imagine a un pito de Supercool en una crisis
    Me encantó el cuento Betulio!!!! pone mas no seas careta!

    Juanimon

    July 22, 2009 at 01:46


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